Reseña. Begoña Perez. Club de lectura "Que locura de libros"



Julio de 1949. Una típica escena de la época se desarrolla en el Casino de Puente Real. Las fuerzas vivas que representan el poder en la posguerra - el alcalde, el capitán de la Guardia Civil, el médico y el mosén de la catedral -, juegan plácidamente una partida de guiñote. El capitán Solís es requerido con urgencia. Ha parecido el cadáver de una mujer junto al río. Alcalde, médico y capitán se personan en el lugar para descubrir un macabro y escalofriante crimen. Tan solo han transcurrido 20 páginas de lectura.
Este es el inquietante comienzo de la primera parte de las tres en la que está estructurada la novela, cuya historia transcurre en dos épocas en una ciudad de Navarra, importante pero provinciana, como corresponde a la época.

En poco más de 100 páginas los crímenes de personas relevantes de la ciudad se suceden rodeados de circunstancias extrañas y con pistas incompresibles tanto para la Guardia Civil como para Manuel Vega, el médico, que aunque retirado de su consulta realiza las autopsias, sin que puedan encontrar un móvil para ellos. Paralelamente de la mano de Manuel Vega el autor nos va descubriendo poco a poco la ciudad, sus habitantes, sus costumbres y también sus tragedias personales con una narrativa vistosa y delicada al estilo de la novela costumbrista.

Para mi delicia y la de todos aquellos amantes de la arquitectura clásica, la catedral de Puente Real y su Puerta del Juicio cobra un importante papel en la historia y apoyando la recomendación del propio autor os sugiero que, mientras leéis la novela, tengáis a mano el blog “lapuertapintada.blogspot.com” para recrearos con las imágenes de las dovelas protagonistas de esta puerta.

A finalizar la primera parte de la novela quedé sorprendida. ¿Qué iba a contar el autor a partir de entonces para mantener el interés tan alto como hasta ese momento?.

En la segunda parte la novela cambia radicalmente de registro y consigue cautivar de nuevo. Nos transporta ahora a febrero de 1936 para vivir las semanas previas, el comienzo de la Guerra Civil y los acontecimientos que se sucedieron en la ciudad los primeros meses de la misma. Y lo hacemos a través de Salvador y a Teresa, republicanos convencidos, que ven sus vidas dramáticamente truncadas por el odio, el resentimiento y la venganza que acompaña siempre a la sinrazón que acompaña a una guerra. Abandona el estilo misterioso de novela policiaca de la primera parte para mostrarnos la crudeza de los hechos y transmitirnos los más primitivos sentimientos, la angustia, la incredulidad, la desazón y el miedo pero también la amistad, la bondad, la honradez y el agradecimiento de las buenas personas.

La tercera parte de la novela regresa a 1949. Las historias confluyen y nos regala un broché final a la historia esperanzador pero también con tintes dramáticos.

Esta novela no solo me ha sorprendido, dado que esperaba una trama mucho más centrada en el ámbito histórico al que Carlos Aurensanz nos tenía acostumbrados, me ha cautivado la capacidad de transmitir la pasión por el arte, el nivel de detalle de sus descripciones (aunque esto si es propio del autor), la magnífica ambientación y el cuidadoso trato de los personajes.


No puedo contar más sin desvelar detalles de lo que debéis descubrir por vosotros mismos leyendo este magnífico libro que en el fondo viene a recordarnos lo que nunca debemos olvidar de nuestra historia.